En muchas ocasiones el azar viaja en tren. Y como buen alquimista que es, sabe cómo conseguir una buena aleación.
Un día cualquiera de hace no sé cuántos años, el azar y ellos dos tomaron el mismo tren rumbo a Jaén. Aún se fumaba entre vagón y vagón y el azar decidió que en el mismo segundo, ambos cruzaran el humo de sus cigarrillos. Fue el principio de una historia escrita con la tinta indeleble de la amistad y en la que la literatura ha sido protagonista de muchos capítulos que aún, por suerte, siguen escribiendo.
Y si un viaje en tren les unió, otro viaje a los campamentos de refugiados saharauis les llevó a imaginar un nuevo meridiano que, de norte a sur y de sur a norte, permitiera el tránsito de esa mercancía tan frágil y tan valiosa que es la cultura.
Gonzalo y Ricardo son los culpables de que cientos de personas hayan creído en su visión de un proyecto que nació mucho antes de que en el 2008 llegará a Bojador el primer bibliobús. Su generosidad les ha llevado a trabajar muchas, muchísimas horas para que la cadena de bibliotecas y bibliobuses Bubisher que un día imaginaron, se transformará en la realidad que hoy es.
Las alas del Bubisher tienen nombre propio: Ricardo y Gonzalo. Sin ellas, el vuelo sería imposible.
29 enero, 2015 en 2015-01-29T09:36:00+00:000000000031201501
Si, nunca mejor dicho, las alas del Bubisher, pero Gonzalo y Ricardo también son dos amigos generosos y muy buenos escritores.