“LA MUJER SAHARAUI PIEZA FUNDAMENTAL EN EL DESARROLLO SOCIAL Y ESTRUCTURAL”

 

A pesar de las dificultades que supone la comunicación entre España y los campamentos, he tenido la suerte de poder entrevistar a Paula Iglesias, una de las directoras de “Solo son peces”, el documental que se proyectó en las cuatro bibliotecas Bubisher y que fascinó a todos cuantos lo vieron.

Paula, ¿cómo os enterasteis de este proyecto que se está desarrollando en los campamentos?

Encontramos la historia en una conversación que tuvimos en un coche, porque estábamos buscando proyectos de innovación en los que estuviesen implicadas jóvenes. Para poder desarrollar el proyecto hicimos dos viajes a los campamentos: uno para localizar y buscar la historia y otro para rodar. La gestión del agua en los campamentos era la premisa de partida que nos trajeron desde la Asociación de Amigos y Amigas de la RASD de Araba. Estamos muy agradecidas de poder trabajar con esta entidad, porque nos acercaron la investigación lo suficiente para poder poner la historia en contexto, así como nos dieron total libertad creativa.

¿Cuándo decidisteis que este proyecto podría ser un documental?

El formato ya estaba de la propuesta lanzada por la Asociación, pero también supongo que cuando piensan en Al Borde para coordinar este proyecto, lo hacen teniendo en cuenta nuestra forma de acercarnos y entender el lenguaje documental. Para nosotras es fundamental poner en cuestión nuestra mirada y con este proyecto se nos planteó un reto, porque era una realidad que no conocíamos en persona. Fue entonces cuando decidimos poner el punto de mira en lo que sí conocíamos y nos tocaba de cerca, en nuestra implicación con el pueblo saharaui como ciudadanas dentro del estado español, para poner en cuestión la deuda que existe en la descolonización de este territorio.

¿Cuál es vuestra opinión de las tres chicas que lo están llevando?

Dahba, Teslem y Jadija son un ejemplo de resistencia y superación. Para poder desarrollar su trabajo en la piscifactoría tienen que mantener de forma continua su formación para superar las diferentes dificultades que se les presentan en su trabajo diario para sacar adelante una piscifactoría, no solo en pleno desierto sino en el seno de un campamento de población refugiada. Las que son ahora las protagonistas de esta historia, desde el primer momento se mostraron abiertas a participar del documental, “siempre y cuando tuviese una implicación política”. No tuvimos que cuestionarnos ni un momento la respuesta.

¿Cuánto tiempo lo estuvisteis rodando?

El primer viaje fue, como ya te he dicho, de localización e investigación. Ahí realizamos las entrevistas que fueron claves para poder construir el guión. La grabación en sí fue más exprés, y se habría convertido en imposible de no ser por la colaboración con la Escuela de Formación Audiovisual Abidin Kaid Saleh. Tanto Mahyub como Sidi Brahim y Ahmed fueron fundamentales no solo para poder cumplir con la planificación sino, también, para intermediar y hacer de traductores culturales. Las condiciones climáticas y las costumbres que se dan en los campamentos son muy diferentes a lo que estamos acostumbradas.

¿Qué opinión tenéis de la mujer saharaui?

Según fuimos conociendo más la realidad de los campamentos, nos llamó mucho la atención el papel de la mujer como pieza fundamental en la organización social y estructural del pueblo saharaui. Al toparnos con estas tres biólogas, tuvimos claro que eran ellas las protagonistas.

¿Creéis que en España se tiene una imagen real de la mujer saharaui?

No tengo muy claro ni yo misma cuál es la imagen real de la mujer saharaui, creo que hay muchas imágenes, tan diversas como las personas. Lo que sí es cierto es que la información que nos llega a través de los medios suele estar bastante sesgada y que tanto con esta identidad como con otras, lo mejor es intentar acercarnos a ella desde otras perspectivas para poder labrarnos nuestra propia opinión.

Como mujeres que sois, ¿podríais mandar un mensaje a las jóvenes saharauis que las estimule a estudiar y formarse?

Somos conscientes de que el punto de partida de cada persona nos determina en gran medida el camino. Sin embargo, si algo hemos aprendido de la comunidad saharaui ha sido ,desde la admiración, su capacidad para sacar lo mejor de sí misma en un entorno tan hostil. Con empeño y trabajo se pueden conseguir grandes logros, pero para poder alcanzar grandes objetivos, primero hay que enfocarse en los pequeños. Caminar piedra a piedra y recordando que para acertar, primero hay que equivocarse muchas veces.

Alghailani Mohamed, periodista y coordinador de la biblioteca Bubisher de Bojador

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