Paso una parte del año en Berlín donde viven mi hija y mi nieta.

Podría decir que Berlín es la ciudad de la Memoria, del recuerdo constante de la historia y del intento de reparar en lo posible el daño causado en sus periodos más oscuros.

Sin embargo, Madrid, la ciudad en la que vivo y España en general parece que han optado por el Olvido, borrando todas las partes de su historia que no «interesan» ni a los medios de comunicación ni por supuesto a los gobernantes (con honrosas excepciones).

La consigna parece ser el olvido y «el si te he visto no me acuerdo».

El caso del Sahara y del Frente Polisario, es aún más doloroso porque ya no es solo la derecha y la ultraderecha, sino que es el Psoe el que se ha doblegado a las exigencias del tirano marroquí, saltándose a la torera las leyes internacionales y las resoluciones de Naciones Unidas, un cambio político que nadie entiende y menos aun cuando España como potencia colonizadora, debería haber asegurado la soberanía de lo que un día llamó provincia española.

Por eso me sorprende llegar a Berlín y ver que la situación del Sahara y noticias del Frente Polisario, aparezcan en muchos sitios, incluidos la prensa y la televisión.

La izquierda alemana, suele incluir en sus actos y manifestaciones, al Frente Polisario y a otras naciones y grupos oprimidos, a veces llevando sus reivindicaciones al Bundestag (el parlamento alemán)

Voy a compartir tres momentos de este verano, en los que con alegría y emoción, he visto la presencia saharaui:

– El día del orgullo LGTBI:

En Berlín hay varias manifestaciones en distintos barrios, en el cartel de una de ellas y entre los que llevan la pancarta, aparece una mujer con la bandera del Polisario

– Un acto en el que se presenta al Sahara como la última colonia de África y se indaga sobre la responsabilidad alemana en el saqueo de sus recursos.

– Acto electoral de Sumar, para mí fue muy emocionante oir la intervención de una mujer saharaui (podéis verlo en el video a partir del minuto 44)

Sin embargo, me surgieron dudas con la intervención de Agustín Santos Maraver, aunque la política oficial de Sumar y de Yolanda Diaz, es la de respetar las leyes internacionales y denunciar la política represiva y criminal del tirano marroquí, me dio la impresión de que la postura de su número dos no estaba demasiado clara y creo que como buen diplomático esquivó preguntas concretas y echó muchos balones fuera.

Si se llega a formar un segundo gobierno de coalición, la cuestión del Sahara va a estar sobre la mesa y ojalá que los políticos no nos defrauden.

Isabel Sánchez. Berlín