Seña de identidad del primer Nido del Bubisher. Lugar de encuentro, de descanso y de tertulia. Escenario en el que han actuado payasos y magos, en el que hemos dado la bienvenida a un nuevo año y han ensayado sus obras de teatro los pequeños y pequeñas saharauis. Semicírculo para leer, jugar , hacer música y dejarse envolver en las noches estrelladas. Espacio en el que ha quedado impreso el paso de voluntarios y voluntarias que aportaron ideas nuevas para trabajar la animación a la lectura y que regresaron con la emoción de lo vivido.
La curva, que tanto ha visto, ya tiene diez años y el duro clima de la hamada también ha hecho estragos en ella. Sin embargo, renace con un nuevo traje una y otra vez, porque no podemos dejar que envejezca. Y este año, se ha vestido de azul. Del azul del cielo. Del azul del mar saharaui