Durante todo el mes de marzo, muchos voluntarios han trabajado y siguen trabajando, mano con mano y alegría con entusiasmo, con nuestros compañeros saharauis. Candi y Yolanda ya han regresado y nos dejan, a modo de crónica de su magnífica labor en Auserd, esta poesía tejida en la larga espera del aeropuerto, ese lugar en el que los sentimientos, las sensaciones y la presencia de lo vivido se transforman en una segunda, quizás primera, piel.

Yolanda, Candi:¡Bienvenidas, poetas!

La biblioteca de Auserd,
es como un libro
de tapas color ocre.

Cuentos, poesías, personajes e historias
salen de sus hojas.

Las Nasaranís estaban encantadas             
al ver que, de repente,
momentos mágicos
volaban en el ambiente.

Los niños impacientes
esperan con interés
a los bibliotecarios
Alghailani- Ahmed.

Mi miel y mi dulzura
siempre presentes
en la lectura.

Tienen hasta un ratón
de biblioteca.
El profesor de inglés
que no para de leer.

La escuela era genial
las bubisheras estaban asombradas.
Se sentían allí
muy afortunadas.

El manzano estrellado
hacía las delicias
del alumnado.

La aventura se iba
a cerrar.
Tenían el tiempo justo.
Abandonaron el Sahara
con gran disgusto.

Y se dijeron para sí
«Qué mágica aventura
acabamos de vivir»

Auserd es fascinante.
Trabajaremos todos los días
para que el proyecto
siga adelante.

Yolanda y Candi.