Primero José Andrés, allá por el año 2009 y más recientemente Maite Ramos llegaron a las bibliotecas bubisher con este teatrillo de origen japonés que permite contar las historias de una manera tremendamente atractiva para los niños.
Nuestros bibliotecarios aprendieron muy bien la técnica y emplean con frecuencia este llamativo recurso. El resultado es siempre el mismo: Caras de sorpresa, silencio inicial y mientras la historia se va deslizando por el butai, dedos que señalan, bocas que dibujan signos de admiración, risas, murmullos… Aplausos finales.
No falla, esta forma de narrar historias siempre tiene éxito entre los niños. Lafdal lo sabe y sabe cómo hacer que los personajes tomen vida a través de su voz, que va y viene con diferentes registros.







