Hace dos años que el Nido del Bubisher abrió sus puertas a todos los saharauis  que viven en el campamento de Smara. Dos años en los que, día a día, paso a paso, se ha trabajado por y para difundir la lectura como eje de formación cultural, como fuente de riqueza intelectual, como camino hacia la libertad.
Dos años en los que la biblioteca ha sido punto de referencia para quienes desean, a través de la lectura, aprender, imaginar, descubrir , viajar, emocionarse y muchos etcéteras; lugar de formación de monitores, espacio de encuentro para los niños,  cálido refugio para todas las personas que, solas o en grupo, han decidido pasar parte de su tiempo ojeando libros, sentándose a leer, acercándose a la bibliotecaria para hacerse socios, buscando ejemplares, escritos en árabe o en castellano, para llevárselos en préstamo a sus jaimas…

       
En estos  años de actividad incesante, han sido muchos los acontecimientos vividos, muchos los cambios experimentados, y muchas las dificultades que se han tenido que ir resolviendo. Pero, y sobre todo,  muchas las alegrías, los esfuerzos compartidos y la firmeza de creer que lo que empezó siendo un proyecto, se ha convertido en una realidad que se va consolidando cada mañana en las escuelas, cada tarde en los clubes de lectura, cada día en las bibliotecas.
Dos años después, los niños se han acercado a la biblioteca para celebrar juntos este aniversario escuchado cuentos, escribiendo poemas, realizado dibujos y compartiendo con los monitores saharauis un día de auténtica fiesta.

Sin duda, leer es un verbo, como dice Pennac en su libro “Como una novela”, que no admite imperativos, pero que, sin embargo, es capaz de despertar emociones, iluminar ideas, reavivar la imaginación. Y nuestro compromiso no es otro que el de generar amor a la lectura, para que, lejos de ser una obligación, se transforme en un deseo.
Y todos estos niños, todos los niños, tienen derecho a optar por hacer suyo este deseo.