Fanna llegó al Bubisher hace poco más de un año, y en ese escaso tiempo se ha convertido en una pieza clave. Nada menos que la Bibliotecaria, la dueña de las llaves de todos los sueños de los niños y los jóvenes de Smara. Un día ya lejano apareció en una de las Noches del Bubisher, en la jaima de Daryalha. Venía con un libro, su primera contribución al proyecto, y con el nombre de Juan Carlos Gimeno en sus labios y en su corazón: su amigo. Recuerdo aquel primer encuentro con mucho placer. Hablamos de libros, de la necesidad de una biblioteca fija en Smara, en cada uno de los campamentos. Fanna había estudiado sociología en Argelia, pero su castellano era bueno, y su amor por las bibliotecas venía dado por el uso de los libros, algo cotidiano en su jaima.

Cuando necesitamos rigor, organización y “alegre seriedad”, Hamida pensó en ella. Y aquí está, manejando el Abies como a los camellos sus antepasados, sacando a los pastos de los ojos infantiles su rebaño de libros, recogiéndolos en la majada del Bubisher al caer la tarde.

Desde hace medio año ha encontrado en Ahmed el complemento perfecto. Y en la distancia teje hilos de trabajo riguroso cada día con AnaJulia en España y con Mónica Zak en Suecia. Por sus manos ha pasado la mayoría de esos casi 1400 carnets de socio expedidos en la “maktaba”, y conoce casi a cada uno de lo usuarios por su nombre. Sabe que algunos libros no ha vueltodentro del plazo establecido, pero también es como un “deyar”, una buscadora de camellos en el desierto: seguirá sus huellas entre las jaimas, y los librosvolverán al redil. Y si no, trabajará para que desde aquí renovemos el rebaño, para que añadamos otra caja de libros al próximo envío. Habrá que quitarles el polvo del largo viaje, ficharlos, ponerlos en su estantería… Y después mostrarlos: aquí tenéis uno nuevo.

Un año solamente, pero un año que no hubiera sido igual sin Fanna, nuestra pastora de libros.