¿ESTUDIAS?

La sombra azul de la chica con melfa cae sobre la mochila amarilla. Parece querer susurrarle al oído a ese niño que, sentado en la carretera, mira al suelo. No desesperes, le dice. Date una oportunidad, le dice. Dádsela, nos dice. El niño de la diapositiva se tapa los oídos. No quiere escuchar. Está harto, abandona, lo deja. No volverá al colegio. Ella sabe lo que es el abandono, los saharauis lo saben. Han tenido que afrontarlo y construir desde cero, en el desierto de los desiertos, en la más extensa nada, su vida y sus escuelas. Con arena y sol, con paciencia y esperanza, con algo bello entre las manos. Con un sueño o un mar entre las manos. Por eso no es posible aceptar ahora tu fracaso. Levántate, agarra la mochila amarilla y cruza la calle hacia la escuela. Límpiate los ojos de lágrimas, mira más allá de este día que te cae de golpe y te asfixia. Estamos a tu lado, dice la niña o su sombra. El abandono educativo temprano tiene efectos devastadores, reproduce las desigualdades, te encarcela. Y de eso hablan también en las bibliotecas del Bubisher. Seguir estudiando, a pesar de todo, porque es el único camino hacia el horizonte donde arden los sueños del mañana.

Mónica Rodríguez

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