No es el título de un cuento. Esos monstruos son reales y permanecen escondidos bajo tierra. Silentes. Extremadamente peligrosos. Creados por seres humanos para mutilar o matar a otros seres humanos.

Los saharauis saben que existen, conocen a muchas de sus víctimas, no ignoran que siguen agazapados bajo tierra y que deben protegerse de ellos. Pero aún así, siguen destrozando vidas

Esos monstruos invisibles son las minas antipersona que se mantienen a lo largo de los 2700 kilómetros del vergonzoso y silenciado muro construido por Marruecos. En torno a él, se estima que hay unos ocho millones de estas minas que, además, se mueven como gusanos bajo la arena empujadas por el siroco.

Por todo ello y de todo ello han hablado en la biblioteca de Smara en una jornada de sensibilización sobre el peligro de las minas, organizada por el Grupo Danés de Acción contra las Minas y el Consejo danés para los Refugiados.

Fotos: Wita Alien