ESCRIBIRÉ LIBERTAD

He terminado de leer este libro en las bibliotecas Bubisher. Me gusta posar con esta sonrisa y su rubor con la portada, la elijo frente a la contraportada.
Imagino que los bloques son una pirámide que yo misma he construido y desde donde alcanzo a ver el color: en la base, los colores vibrantes del pájaro alzando sus alas y esa rama convertida en esperanza; en la cima, tengo la posibilidad de alcanzar el verde del título y sus letras. Me cobija este anorak rosa. Alguien me dijo alguna vez que el rosa no era un color, pero yo he decidido, de nuevo: “El rosa es un color”. ¿Por qué no? Está escrito, existe. Ando bien abrigada en el frío desierto del invierno, sabiendo que para seguir el sendero de la esperanza, lo primero es cuidarse. El día menos pensado llegará a mi pueblo la Libertad. Yo ya ando preparada. Porque quizá, quizá sea yo quien escriba esa palabra, jamás dejando de lado el cuidado propio y el de lo y los que me rodean, junto con el rosa y su amabilidad.
MP

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