ESCRIBIR

Ese extraño escritorio que ves es en realidad una alfombra. Es el escritorio de los niños y jóvenes de los campamentos: el suelo.
Pero en ese pequeño trozo de papel está el alma. Y el escritorio del alma no tiene lugar, es la vida. En ese trozo pequeño de papel, eso es lo que está naciendo: La vida. Esa niña ha encontrado en las palabras el espacio para sus sueños, para sus angustias, para sus dudas. Y escribir la libera, porque en la escritura no hay paredes, ni muros, ni exilio, ni minas. Hay el inmenso e inacabable deseo de recrear el mundo, de experimentar con él. En esa alfombra está creciendo el mundo, otro mundo. Y nació el primer día en el que esa niña abrió un libro o escuchó un cuento en una biblioteca del Bubisher. Para eso trabajamos cada día. Somos muchos, aquí y allí, pero somos ella. Esa niña. Esos sueños. Para eso.

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