ERA SOLO UNA NIÑA

Ella quería jugar.
Jugar a la rayuela.
Para jugar a la rayuela, dice Cortazar: sólo hace falta una piedra, un dibujo en el suelo y una punta de zapato.

Jugar en la arena mirando al cielo.

Mirando al cielo, imaginaba,
eso era pura fantasía.
Mirando al suelo, era todo arena,
el viento al rato borraba el dibujo,
eso era pura realidad.

Ella quiere seguir jugando.
Ahora necesita algo más.

Ella necesita su mar.

Ella no se va a rendir,
No se va dejar vencer por la arena,
ni por el viento,
ni por las dunas,
ni por el sol,
ni por los años.

Ella necesita un mar.

En la mar de arena no se abandona a nadie.

M José Irigaray

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *