EL MAESTRO QUE SE FUE PARA QUEDARSE SIEMPRE.


BOTELLA AL MAR

(Mario Benedetti)

Pongo estos seis versos en mi botella al mar

con el secreto designio de que algún dí­a

llegue a una playa casi desierta

y un niño la encuentre y la destape

y en lugar de versos extraiga piedritas

y socorros y alertas y caracoles.

6 respuestas a EL MAESTRO QUE SE FUE PARA QUEDARSE SIEMPRE.

  1. Que la tierra le sea leve.
    Un abrazo.

  2. Cómo hubiera disfrutado Mario colaborando con Palma, Bea, Luisa y Javi (y todos), en «A por el mar…»
    Serí­a un loco más del Bubi, seguro. Al fin y al cabo, y parafraseando a su paisano Quintí­n Cabrera, «í‰l murió en Montevideo, junto a un rí­o como mar…»

  3. Este poema lo dedicó Benedetti al pueblo saharaui.

    RASTROS

    Mario Benedetti

    Un paí­s lejano puede estar cerca

    puede quedar a la vuelta del pan

    pero también puede irse despacito

    y hasta borrar sus huellas

    en ese caso no hay que rastrearlo

    con perros de caza con radares

    la única fórmula aceptable

    es excavar en uno mismo

    hasta encontrar el mapa

  4. me alegro de encontrarlo en todos los sitios y aquí­ más aún.
    besos

  5. Usted me ha dejado el camino sencillo de la poesí­a
     
    Su muerte se junta con otras muertes,
    con las nostalgias que arrastro
    por otros seres
    que viven en mi memoria
    como viejas luciérnagas.
     
    Y me he puesto a llorar aquí­ tan lejos,
    con un poco de letras untadas en un libro,
    no obstante,
    se,
    por el brillo en el montí­culo de mi mano,
    que usted es verdad,
    que no se esfuma,
    que usted existe,
    que usted no acaba.
     
    Me lo dijo el roble amarillo
    que estaba a orillas de la carretera,
    me lo dijo el mar transparente y calmo.
     
    Todo cuanto hago
    me recuerda su esencia
    sutil y bendita.
     
    ¡Que carajo!,
    entonces sí­ queda algo
    que la muerte no vence.
     
    Minor Arias.

  6. Uau, Minor, vaya poema, me ha dejado con la boca abierta, enhorabuena y saludos desde la ventana de Vigo a la puerta de Costa Rica.

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