Está a punto de llegar. Y partirán todos los niños y niñas que han pasado una parte de este tiempo estival con familias españolas, gracias al programa Vacaciones en Paz. Y se irán felices con sus álbumes de fotos llenos de momentos imborrables, con el cariño de las familias que los acogieron y con la alegría de volver a ver a sus padres y hermanos, de regresar a sus juegos nada sofisticados compartidos con sus amigos. Con la sensación de recuperar su idioma y de poder expresarse con seguridad, con la tranquilidad de saber que no se caerán de la cama, porque volverán a dormir en el suelo rodeados de quienes solo tienen que estirar el brazo para calmar sus miedos nocturnos. Volverán con la seguridad de que la despedida de sus familias españolas es solo un hasta pronto, que seguirán en contacto con ellos, que hoy, por suerte, hay medios para que el cariño que se ha generado siga fluyendo. A veces, algunas familias españolas se extrañan de que se despidan con sonrisas y no con lágrimas, pero solo hay que ponerse en su piel o pensar en lo que nosotros mismos y nuestros hijos sienten cuando después de unas vacaciones en el extranjero regresan a casa, porque por muy lujosas que hayan sido, la vuelta al hogar es motivo de alegría.

Feliz viaje de regreso a casa, pequeños.