EL ARTE DE LA NADA, APOCALIPSIS Y DIGNIDAD

No se construyen los corrales para hacer arte. Pero lo son. Son los corrales (curt) de los campamentos, para las cabras y los camellos. Hechos de restos metálicos de deshecho, porque en la hammada no hay madera. En medio de la austera y limpia pobreza, son seguramente lo primero que llama la atención de los viajeros. Hay alguno solitario, pero los más crecen por decenas, a una distancia prudente de las jaimas y las viviendas, y así, juntos, son como una enorme galería de arte escultórico. La virtud que nace de la necesidad. Serían también el escenario ideal de una película postapocalíptica sobre un planeta sin árboles, con los restos rígidos de una sociedad industrial ya muerta. Apocalipsis significa “revelación”. Y lo son: la revelación y la metáfora de un pueblo que ha hecho de la nada un enorme lienzo para trazar el mapa de la dignidad.

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