“De sueños, de cazos y del aceite del pueblo de Candi”

 DSC_0407

En los campamentos, en la hamada, la arena es lo más y lo menos importante. Es lo más importante, porque determina la necesidad y la urgencia del éxito de proyectos más allá de la ayuda humanitaria. Es lo menos importante, precisamente, porque no supone ningún impedimento para que germinen semillas como las plantadas por el Bubisher. La arena, el contexto, no impidió que, tal y como cuenta la leyenda relatada por todos los saharauis a los que tuve el placer de escuchar, un Seivani y sus amigos tuvieran el empeño y la determinación de crear una biblioteca-nido que sirviera de refugio en un campamento de refugiados, para todos aquellos que quisieran superar sus cazos, sus limitaciones e impedimentos y para que aquellos que quisieran soñar tuvieran un espacio donde se fomentaran la imaginación, la autonomía y el pensamiento crítico: leer nos hace libres. La arena no enmascara los sueños, pero sí el olvido.

Fue en esta línea en la que trabajamos durante los diez días en los que tuve la suerte de colaborar con el Bubisher en Smara y Ausserd. Fueron diez días intensos que tuve la fortuna de compartir con un equipo entusiasmado, acogedor y muy involucrado (los parloteos noctámbulos de mi insuperable compañera de viaje, Inés, siempre relacionados con nuestro trabajo en el Bubisher, lo atestiguan). Pero no sólo los días fueron intensos, también las noches, ¡vaya sueños vivaces que tuve noche sí y noche también!

A través de la selección cuidadosa de libros, pudimos trabajar temas como la superación de miedos, el uso del tiempo libre o la creatividad. Creatividad que no solo trabajamos en las bibliotecas, si no mientras le dábamos color al bibliobús de Ausserd.

DSC_0389

El inventario de los almacenes, la boda a la que nos invitaron en Bojador, hablar por señas a través de un cristal con Palma y Gonzalo dándome la bienvenida a los campamentos todavía en el aeropuerto de Madrid, la planificación de actividades, las horas estiradas en la Jaima tomando el te, el pan recién hecho de Farah, el zeit del pueblo de Candi, la luna llena encajada en un cielo de vistas panorámicas, la lluvia en el desierto, el siroco, las noches en el Nido del Bubisher y el Protocolo de Smara, los colegios de primaria, secundaria, guardería y clubes de lectura, cuando explotó la rueda del camión y tuvimos que seguir andando, los intentos de llevar dignamente la melfa e intentar comunicarme en hassania, contar hasta siete y ¡HAIYU, HAIYU, HAIYU, HAIYU, HAIYU!… todas han sido experiencias únicas y absolutamente irrepetibles.

DSC_0046

Tengo que dar las gracias a todos los saharauis a los que he tenido la inmensa fortuna de conocer, a todo el equipo saharaui del Bubisher, especialmente a Alghailani, por ser nuestro paciente anfitrión y compañero, y también a su familia, a todo el personal de Protocolo que me acogió desde mi primer paso en Tindouf, a todas las familias que nos abrieron encantados las puertas de sus casas, Ragueb, Huita, Fatimetu… Es paradójico como, pese a no tener SU sitio, siempre tienen sitio para uno más, seas quien seas y te llames como te llames.
María

8 respuestas a “De sueños, de cazos y del aceite del pueblo de Candi”

  1. Estupenda crónica, María. Así, tal y como lo cuentas, es de generoso el pueblo saharaui. Y así, tal y como expresas tus vivencias, se desliza entre las palabras tu generosidad.
    Un abrazo enorme

  2. Generosidad. hospitalidad y un bubi por todas partes es nuestro orgullo junto con la dignidad y vuestra voluntad somos y seguimos siendo saharauis y espa;oles que gritan y luchan y no dejan escapar ni un dia sin decir viva el sahara libre. gracias Mariem asi fuiste bautisada por Ines y los amigos saharauis por confiar en nosotros y dar esa paso que es tan grande para ti y tan inmenso para los ni;os y es vivir un instante como vivir una eterna vida con nosotros los del bubisher y bienbenida en tu casa la de un cheibani y ni;os saharaui ya es tuya volver para ella es un sue;o he ilucion para nosotros…… viva el sahara libre y un bubisher unido.

  3. ¡»La arena es (en la hamada) lo más y lo menos importante! ¡Pero niña! ¿De dónde has sacado tanta profundidad con tan pocos años? ¿Cómo lo has entendido tan deprisa? ¿Ha sido Alghailani, Inés/Suadu, o tal vez la serenidad de Larossi ante el reventón de la rueda? Cuando alguien nos escribe porque quiere ir como voluntario a colaborar en los campamentos, siempre nos da vértigo. Guardaré tu crónica como ejemplo de cómo la vida es eterna en diez días, de cómo nos hace madurar la arena, lo más y lo menos importante de la hamada. Por ejemplo, en la arena germinan bien los sueños.

  4. Enorme chicas… es hermoso que desplieguen de esta manera la oportunidad de ofrecer una lectura, un lugar, un tipo de libertad a traves de las paginas o bien como decian ustedes un refugio para todas las personas q no pueden hallarlo todos los dias a veces en ningun lugar. El hecho en concreto de compartir conocimientos, intereses, pedacitos de vida en paginas hace q la imaginacion sea el motor de algo q renace dentro de ellos y de nosotros, de todos los lectores… y q sea el propulsor de fomentar nuevas ideas dentro de uno mismo. Es muy groso lo q estan haciendo y me alegra q en sus sueños plasmados en realidad encuentren mas de lo q salen a buscar. Mortal guachas, les mando un abrazo gigante a las dos…. maria, mortal la foto con el cabrito y » La arena no enmascara los sueños, pero sí el olvido…»

  5. Me uno a lo dicho por Gonzalo, ha sido un placer leer tu crónica. Un fuerte abrazo!

  6. Gracias, una crónica preciosa, llena de amor.

  7. Gracias a todos y todas los que con vuestra solidaridad hacéis posible escribir cada día un párrafo de humanidad de ida y vuelta.Gracias María por eso y además por expresarlo de esa forma tan «profunda» dijo Moure y yo añado «tan viva». Kisses

Responder a Alan Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *