De cuando las aves reconocen el Nido

 

Rasd

Dácil, de nombre amazigh, profesora y colaboradora junto a su madre Juani, de Bubisher en Tenerife, que echó sus horas como voluntaria en los stands que mantuvimos el pasado año en las Ferias del Libro, nos convoca: “Vengan a dar una charla al IES Cabrera Pinto”(Instituto en La Laguna).

Allá vamos. Son dos charlas para explicar nuestro proyecto. Mostramos una serie de diapositivas: el Sáhara, mapa de los TTOO y los campamentos, Bubisher…

Contamos la historia del Sáhara, la situación actual de su población, Ocupados y Exiliados, Represión y Resistencia, el proyecto Bubisher…

Son quienes nos escuchan jóvenes conscientes, o casi. En un momento dado nos plantean, con mucho respeto, el dilema entre ayudar a nuestros vecinos o ayudarnos a nosotros mismos. Algo normal: Canarias tiene una tasa de paro y pobreza más que alarmante.  Queda solucionado con una frase: “Mira el mapa, somos todos africanos”.

Algunos tienen familiares que se dedicaban a la pesca en el antiguo Banco pesquero Canario-Sahariano, ahora llamado Caladero Marroquí, que se  quedaron en paro.

España parece, a veces,  que se siente como poco más que una selección de fútbol. España queda lejos. Somos un recuadro, mal puesto, en un mapa del tiempo. ¿Nos venderán en el futuro como hicieron con los saharauis? Son sensaciones, sentimientos. Las aves se reconocen volando.

Entienden los estudiantes, Marcha Verde contada, que el enemigo no es el pueblo de Marruecos: El dueño de Fos-Bucraa y los caladeros de pesca es  Mohamed VI.

Hacen paralelismos con España y su monarquía. Es lo que pasa cuando lees, o te leen.

Son dos charlas, apenas una hora en cada una de las dos aulas. No da tiempo para más. Exposición y debate.

Les gusta la idea de Bubisher pero, como adolescentes que son, salen rápidos del aula al toque de sirena que anuncia el descanso.

Bueno, hicimos lo que teníamos que hacer: Contar la realidad del pueblo saharaui. No queda otra.  Borbones y Mohamed VI,  Caladeros y Fos Bucrá contra Tele5 y playstations…el enemigo y sus trampas  se multiplica como un pulpo (mal cocido). Mucho trabajo en nuestra contra.

Nos vamos con sentimientos encontrados: “es difícil luchar contra todo eso”, “quizás no lo explicamos bien”, “entendieron el mensaje pero se les va diluido en el día a día…”.

Pasan las horas, uno sigue trabajando, en sus cosas y pensando en nuevas acciones de Bubisher. Entonces suena el móvil, es Dácil, que nos reenvía el mensaje que le ha enviado uno de sus alumnos: “Me cautivaron. Aunque sea una pequeña cosa me encantaría organizar en el centro una recaudación para Bubisher”.

Rafa Avero

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