De Buenos Aires a Smara

Agustina Drovandi es una joven bonaerense que un día decidió enrolarse en un viaje muy especial. Llegó el pasado mes de enero a los campamentos y hoy nos envía desde Smara  un retazo de sus vivencias.

 Agustina

En noviembre del año pasado decidí empezar a trabajar y a ahorrar el dinero para poder hacer este viaje.

Estar aquí es increíble, un cúmulo de emociones, por una parte es una belleza, por otra, una injusticia. Y, sin embargo, la gente acá siempre positiva, con buena energía…, todos te ayudan, buscan la manera de hacerse entender si no comprenden tu idioma y vos el de ellos.

El trabajo con los chicos en la biblioteca es fenomenal, yo estoy feliz. La verdad es que al principio estaba preocupada por no venir con un proyecto, pero estando aquí salen miles de proyectos. Yo vivo día a día, voy a la biblioteca, trabajo, vuelvo por la tarde, trabajo y soy feliz.

Al principio sentí que no iba a poder, pero me equivoqué, esto es fantástico y ojalá que pudiera estar más tiempo. Me encanta, soy muy feliz acá.

Ahora, mientras mando este mensaje, son las ocho y dieciocho de la noche y  hay una luna que ilumina un cielo que es una belleza. Esto es impagable. Los mejores atardeceres, las mejores noches están acá, definitivamente, están acá, con las mejores compañías, claro está.

Yo estoy en casa de una familia, me tratan fenomenal, son todos muy buenos. La verdad, estoy recontenta, así es que gracias al pueblo saharaui por aceptarme.

Una de las cosas mejores es la experiencia con los niños que van y vienen de la biblioteca. Estoy yendo también a las escuelas con Brahim y rebien, siempre surgen ideas para hacer, y se va haciendo lo que permite el tiempo.

Kabara, Brahim y Lafdal me superaceptaron  y les debo mucho, porque supieron aguantarme desde el principio.

 Así como mi familia en Argentina me apoyó, la familia Bubisher  es hoy mi familia también

Agustina

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