Esta cuba en la que reposas contiene lo único que mantiene a mi pueblo en esta tierra dura. El agua. Tu cabeza es también como una cuba; contiene toda la historia de la naturaleza, desde los ríos y la selva hasta el desierto y las jaimas. La mía… la mía contiene la herencia de mis padres, de mis abuelos, todo lo que fuimos y todo lo que somos. El agua también tiene memoria, ella, tu cabeza y la mía, son pequeñas bibliotecas, y en cada una de ellas se encierra la inacabable belleza de la memoria. Por eso toco tu cabeza con la mía sobre la cuba, tú me maúllas, yo te hablo; yo te maúllo, tú me hablas. Y debajo de mi mano y de tu cuerpo, el agua de la cuba nos canta a los dos la canción de la vida.
G.M.