Miles de personas llegadas de todas las comunidades se unieron en Madrid con un grito unánime: El pueblo saharaui tiene derecho a decidir su futuro, a recuperar su tierra, a vivir en paz y libertad.

Desde la Plaza de España hasta la Puerta del Sol, cientos de banderas saharauis ondearon al viento de un Madrid que fue testigo de una manifestación masiva y pacífica, de la dignidad inquebrantable de los saharauis, del clamor por el respeto a los derechos humanos violados sistemáticamente por el reino marroquí. Y en esa marcha hacia el kilómetro cero, reencuentros cargados de emoción después de este negro tiempo de pandemia. Alegría al ver a tantos y tantos amigos y amigas del pueblo saharaui, manos que se estrechaban, sonrisas tras las mascarillas y algún abrazo inevitable.

El colorido de las melfas se impuso, saharauias jóvenes y adultas pusieron de manifiesto la fuerte presencia de las mujeres en la lucha por la libertad, al igual que la asistencia de cientos de jóvenes dejaron patente que las nuevas generaciones siguen comprometidas con el pueblo saharaui que ha constatado, una vez más, que no está solo, que los que hoy les acompañaron representan a una inmensa mayoría de españoles que piden que su causa se resuelva de una forma justa, que la que fue provincia 53 del estado español se descolonice y pase a ser un país libre y reconocido como tal en todo el mundo.