ALGO SE ESTÁ COCIENDO EN AUSERD

 

 

 

ACNUR recorta un 56% la ayuda humanitaria para los saharauis a partir de enero. Ha comunicado a las ONGs que para 2026 no habrá fondos para financiar sus proyectos humanitarios en los campamentos de refugiados saharauis.

 

Cinco grandes reposteros se han reunido en la biblioteca del Bubisher de Auserd para presentar unas novedosas propuestas a sus compañeros, que quedaron admirados por tan magníficos postres. Con materias muy elementales pero con una gran imaginación, sus platos llegarán sin duda a ser grandes embajadores de la cultura saharaui. A pesar de su corta edad, tienen claro que su futuro está en la cocina, que ese futuro, más o menos inmediato, les va a pillar con las manos en la masa y con los cuchillos afilados. “Vamos a poner toda la carne en el asador” ha dicho el más pequeño tras anunciar el nuevo recetario en el que están trabajando. El plato estrella les está costando un poco, pretenden mandar a freír espárragos a todos aquellos jurados internacionales que les están privando de sus estrellas, las Michelín y las otras. Y como, a falta de pan, buenas son tortas, no les importará ir a toda leche con tal de ser ellos quienes corten el bacalao, su bacalao, y su pulpo, y sus tomates.

Miradlos, son más buenos que el pan, pero no quieren que se las den con queso otra vez, están hartos de recibir calabazas y por eso creen que ya es hora de sacarse ellos mismos las castañas del fuego, por lo que están dispuestos a darle la vuelta a la tortilla, echándole todos los huevos que  haga falta. Están hartos ya de la sopa boba de tantos años, de que les coman la tostada, de que les monten pollos los que se tiran el pisto sin ser trigo limpio, los perejiles de todas las salsas que están hasta en la sopa y metidos en el ajo pensando que esto es pan comido y que no está el horno para bollos y que si no quieres caldo pues toma dos tazas, y que si no, ajo y agua…

Pues no, nuestros jóvenes arguiñanos están leyendo libros y se están preparando para que no se les pase el arroz, no están aplatanados ni empanados, ¡qué va!, están dispuestos a hacer buenas migas con sus vecinos y pedir peras al olmo si hace falta pero sin dejar de disponer de su cocina y de sus productos. Quieren ser como Juan Palomo.

Lo dicho, blanco y en botella…, o si lo preferís, las cosas claras y el chocolate espeso.

Javier Bonet                   

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