ALAS

¿Y quién no querría tener alas para salir volando?

Pero, si lo piensas, en los campos de refugiados más. Volar como el bubisher, llevar buenas noticias a las jaimas y las escuelas, primero, y después para ver el mar del que nos hablan tanto nuestros abuelos. El mar que nos robaron. Esta semana nos fuimos a La Güera, en Ausserd, y tendimos nuestra alfombra mágica en la arena. Leímos “Cosas con plumas” todos juntos, y nos pusimos a soñar. Cómo sería tener alas, volar, volar lejos, alejarnos de esta tierra de refugio, ponernos en contacto desde el aire con todo el universo. Si lo piensas, sí, lo mismo que hacemos cada día en la biblioteca, porque leer es volar lejos, ponerte en contacto con todo el universo…

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