ADIí“S, NADARíN.

Después de unos dí­as de descanso, con mil imágenes bailando en el interior de mi retina y con cientos de palabras y de risas sonando en mis oí­dos, intento, no sin una mezcla indescriptible de sentimientos, plasmar mi estancia en Auserd.

Cuando se empieza un viaje de cooperación, nos sentimos generosos, porque vamos a dar nuestro tiempo, nuestro trabajo e incluso nuestro dinero. También nos sentimos buenos, porque vamos a enseñar, a dejar atrás nuestra cómoda vida para apoyar, con nuestra presencia, la posibilidad de mejorar otras vidas. En fin, nos sentimos como los héroes de la pelí­cula.

Pero, cuando volvemos de ese viaje y a poco que reflexionemos, nos damos cuenta de que hemos recibido mucho más de lo que hemos dado, que hemos aprendido tanto o más que lo que hemos enseñado, que hemos descubierto emociones que jamás antes habí­amos experimentado y que llevaremos en nuestro equipaje vital para siempre, puesto que han pasado a ser parte de nosotros mismos.

Han sido muchos y buenos los momentos vividos con los niños en cada escuelas, en cada daira. He sentido el cariño con el que me saludaban todos, el agradecimiento sincero de algunos por haberles contado un cuento, la mirada pí­cara de otros cuando intentaban colarme alguna travesura e incluso el rechazo que provoca lo desconocido.

Siempre recordaré como un niño de la escuela Basiri, al cruzarse con Alghailani para saludarlo, le dijo: » Adiós, Nadarí­n”.

Aquel saludo tan espontáneo, resumen perfecto de todos los cuentos leí­dos y vividos, me demostró que merece la pena seguir trabajando en este proyecto. Y es que, quienes alguna vez hemos estado con estos niños sabemos que están deseosos de aventuras, de experiencias , de saberes.

Y es ahí­, donde el Bubisher, a través de la lectura, puede ofrecerles las herramientas que les permitan alcanzar el nivel de dignidad al que tienen derecho.

«Ser culto es el único modo de ser libre”

«Los niños son la esperanza del mundo”

Candi

1.192 respuestas a ADIí“S, NADARíN.

  1. Y como Nadarí­n fue el primer cuento que conté en los campamentos solo puedo decirte ¡QUE GRANDE ERES QUERIDA CANDI!

  2. ERES FANTíSTICA CANDY. UN BESO ENORME

  3. Tanto la imagen que has escogido como ese «Adiós, Nadarí­n» deberí­an ser los iconos del Bubisher. Por matizar, «Hola, Nadarí­n». Es verdad, Candi, ser culto es la única forma de ser libre. Y culto no quiere decir solo letrado, sirve también la cultura oral, heredada en las jaimas. Pero en estos tiempos de disolución, no hay más modo de conservar incluso esa cultura heredada que la lectura. Hola Nadarí­n es nuestra bandera. La que explica tu larga y fecunda estancia en Auserd, la de las bibliotecarias y Santi, la de Bea en estos momentos. Y la sonrisa del muchacho de la foto el único pago que necesitamos para no perder el entusiasmo por este trabajo que hemos asumido.

  4. Bienvenida, Candi. Y estoy totalmente de acuerdo contigo, los niños son la esperanza del mundo. Y por ellos merece la pena seguir contando cuentos, haciendoles crecer la ganas de saber, de reir, de estar aqui de verdad.
    Un beso muy fuerte. Y gracias por compartir tus experiencias y hacernos disfrutar a todos.
     

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *