A PESAR DE TODO, VUELVE A SER PRIMAVERA

Gajmula plantó un jardín en la biblioteca de Ausserd. Había ya otro pequeño en la de Smara, es verdad, pero el de Gajmula quiso ser un símbolo. Y lo fue. Porque entre adelfas y tamariscos había flores. Flores. Con vocación de belleza, no de sombra. Y se sembró otro en la nueva biblioteca de Dajla, y Alghailani también llenó de plantas el jardín de Bojador. Y cuando crecieron las plantas y florecieron, los jardines de las bibliotecas se llenaron de mariposas. ¿De dónde venían? Las mariposas casi gritaban mientras aleteaban de flor en flor: ¡Gracias! Y el desierto, de pronto, era menos desierto, estaba lleno de mariposas, y los niños se extasiaban, y no solo abrían libros, abrían mariposas. Ahora todos tenemos miedo, es verdad. Pero sí, a pesar de todo llega la primavera. Caerán las hojas de esta generación, pero el tronco seguirá firme, y habrá otras hojas. Y el árbol seguirá floreciendo. Y volverán las mariposas, y ya se sabe que el vuelo de una mariposa…

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