A MÁS DE MIL KILÓMETROS

Y a más de 35º, hay rincones en los que un árbol, dos niñas y un libro desafían al tiempo y al espacio. La niñas hunden los pies en la hierba y el calor se esfuma. Una lee, la otra escucha y el árbol las contempla satisfecho. Cuando el sol apriete más, se cobijarán bajo sus ramas y continuarán sumergiéndose en la historia que una escucha y la otra lee. Tal vez sea esta la imagen perfecta del equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza, de la que formamos parte aunque se nos olvide. Tal vez sea la imagen de la libertad de pensamiento, de la calma, de la ruptura de todas las cadenas que de una u otra forma a todos nos tienen presos.

Las niñas, el árbol y el libro son una metáfora de esa paz que los humanos tanto ansiamos y de la que parecemos huir mientras corremos hacia el vacío.

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