¡Qué gran sorpresa! Al abrir la biblioteca , todos los libros estaban abiertos. Los personajes se habían escapado de sus páginas de papel y estaban dando brincos por todas partes.
Además, una plaga de ratones había invadido nuestro Nido, pero poco daño pudieron hacer gracias al Flautista. Este, a cambio, pidió que unos ayudaran a Cenicienta con su vestido, que otros tiraran de su carro, otros pocos que trabajaran con la gallinita roja y otros cuantos con el zapatero y sus zapatos.
El Flautista pidió más de lo que los lectores le podían conceder y él, enojado, amenazó con llevarse el Nido lejos, muy lejos.
Los niños, asustados, fueron a buscar a la Reina. Ella, hizo un nuevo trato con el Flautista, pero él, al principio, no parecía muy convencido. Entonces, utilizando su poder y su magia, la Reina consiguió que cambiara de opinión.
El Nido, sigue estando donde estaba. Y os preguntaréis, ¿qué formula mágica empleó la Reina para que cambiara de opinión?
Pues le dijo: “A partir de este momento te quedarás aquí para disfrutar de lo que más te gusta y les gusta a los niños: LEER EN COMPAÑÍA”
Fetrana








