Me gustaría aclarar que aunque el mundo se vuelva loco para silenciarnos; aunque todos se unan contra nosotros, nuestra lucha seguirá y ellos habrán perdido el tiempo, porque lo que no saben es que lleguemos donde lleguemos, logremos lo que logremos, hagamos lo que hagamos, tenemos en lo mas profundo de nuestro ser un pequeño detalle que el mundo desconoce, el motor de nuestra lucha

Nidal, algo que guardamos y preservamos de generación en generación, nuestro oro espiritual, nuestra identidad y fortaleza. Algunos lo mostramos mas  (por pura necesidad, por impulso o simplemente porque queremos) y otros lo deben ocultar por diversas causas (opresión, miedo o quizás dolor por todo lo que conlleva). Sin embargo, es algo que habita dentro de cada uno de nosotros y resuena con fuerza, a veces es incluso doloroso cuando no sabemos como saciar su sed en nuestro interior, por eso llega ese grito de impotencia, ese grito contra el mundo, necesario, sincero y que pide ser escuchado siempre que la causa verdaderamente lo necesita.

Para finalizar, vuelvo a recordar que mientras lata un corazón saharaui sobre la faz de la Tierra, mientras exista Nidal, la causa seguirá viva y aún no nos habrán callado.

SMB