NUESTROS SOLES

Me dice mi amiga IA que el sol puede usarse como metáfora de luz, esperanza, vida, calor, energía y un nuevo comienzo; de bondad y bien supremo, y que se utiliza para describir a personas amables, positivas y generosas.¡Eres un sol, de verdad, amiga!

¿Qué me decís de ese sol saharaui que ilustra este artículo?  Haced vosotros mismos la prueba y aplicad cada uno de los conceptos anteriores a las dos protagonistas que toman ante el mismo sol del desierto actitudes tan diferentes. Mientras una observa al astro rey con serenidad, calma y, seguramente, meditación, la otra parece jugar con él al pilla pilla, como retándole a ver quién va más lejos. Y quién brilla más. Si una representa la sabiduría y el descanso tras el trabajo bien hecho, en la otra sobran luz y ganas de vida. Los dos ingredientes necesarios en este cóctel de emociones que algunos nos hemos empeñado en mantener fuerte en los campamentos. A ciencia cierta no sabría distinguir quién irradia más energía, si el viejo Helios o nuestras amigas. El sol está cayendo, pero nuestras protagonistas, cada una a su manera, se empeñan en seguir iluminando el futuro.

Estas niñas-mujeres son dos ejemplos más de los cientos de soles que brillan en nuestro BUBISHER: radiante, con ganas de comerse el mundo y jugar soñando, y soñar jugando cada día; reflexiva, para hacer del viejo proyecto un sueño que se hace realidad cada nuevo curso; rebelde e inconformista como para no permitir que algunos nubarrones borren su sonrisa. Y serena, tranquila y generosa, consciente del trabajo bien hecho y de la responsabilidad de seguir adelante con la tarea iniciada.

Para que siga saliendo el sol.

Javier Boenet

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