Patio Maravillas, Chaminade, Tabacalera, Playa de Vega, Villa Castora… Así se va tejiendo la historia del Bubisher, año por año, rindiendo cuentas, asombrándonos de lo que mejora el proyecto de curso en curso, poniéndonos siempre nuevas metas. Este año casi cincuenta bubisheros, con añoradas e inevitables ausencias, y una nueva forma de unirnos más: la velada.
En el fondo, todos somos un poco artistas, y la velada todavía podría prolongarse dos o tres noches. Esta vez, en la inauguración de lo que ya será una costumbre más de unión, fueron varios los que se animaron a mostrar una parte de su trabajo o de su afición. Y con una incorporación de auténtico lujo, el guitarrista Fernando Blanco, que ha afinado su guitarra al modo saharaui y ha interiorizado los cuatro palos de Le Haul, la música clásica hasánica. Su guitarra saharaui sirvió de fondo para que Carmen Lourdes fuera articulando de manera suave (como los tres tés con los que armó la noche) las apariciones. Primero sobre los poemas de Limam, que leyeron algunos de los presentes, como la sorprendente Giulia Maltese, traductora de Ritos de Jaima para una editorial italiana, y con la aportación visual de los dibujos de Irene que fueron pasando de mano en mano, cada uno como una ilustración del poema.
Una maravillosa sorpresa fue la voz de Geli, compañera de vida y de música de Ángel Oria, quienes tomaron el relevo de la guitarra de Fernando para cantarnos preciosas canciones. Y luego el tierno y enorme Raúl Vacas, que sorprende a todos siempre con la ductilidad de la poesía hacia el juego, siempre con una vuelta más de tuerca. Fernando, autor de un texto bello y vigoroso; Manolo y su inolvidable relato de las aventuras húmedas y semisólidas de una linterna y un pie desnudo en la noche de los campamentos, Jorge, que no ocultó su dulce acento porteño para leernos su poema de arena y recuerdos.
Susy Alvarado, que tuvo la suerte de nacer en El Aaiun, y vive en Canarias siempre con el Sáhara en el corazón, autora de libros imprescindibles, nos leyó sus poemas, como luego Limam, como Zahra Hasnaui. Lástima que Zahra sea tan humilde, porque todos nos quedamos con ganas de más, de muchísimo más, porque si sus poemas son bellos, la garra con la que los recita es siempre impresionante. La próxima vez será, pero anotemos ese compromiso subrayado. Y Bahía, que nos habló de la más auténtica tradición de la poesía saharaui en hasanía, y Conchi, siempre llevando la idea hacia delante con la ayuda de su voz y de su ordenador.
Y, por fin, (por esta vez), Sofía Aláinez, la cuentacuentos más increíble, con un estilo único de narrar, de reírse de todo, de llevarnos a donde quiere con un gesto y una mueca.
Nos quedamos todos, sin embargo, con una actuación impagable, por auténtica y espontánea: la de Maga, el futuro del Bubisher, que si durante las casi nueve horas de asamblea se portó de maravilla, por la noche sacó toda su sangre beduína para bailar, dar palmas, celebrar todos los aplausos que ya no extinguirán nunca en nuestros oídos, porque se unen los que poco antes, como fin de la asamblea, les dedicamos en directo a Hamida, a Alghailani, a todos los bubisheros saharauis.
La velada es ya parte de la mecánica de un grupo de trabajo cada vez más amplio, que tiene su mejor combustible en la poesía, en el libro, en la palabra y en la música.













9 septiembre, 2013 en 2013-09-09T22:27:00+00:000000000030201309
Tabacalera, y no la española sino la sede de la III asamblea bubishera 😉
9 septiembre, 2013 en 2013-09-09T22:28:00+00:000000000030201309
Ah, que ahora ya está. Perdón, es que antes no salía.