Tampoco la lluvia

lluvia

Días muy difíciles en los campamentos de refugiados saharauis. La lluvia, ese bien siempre esperado donde la tierra se agrieta y endurece bajo el sol, tuvo demasiada prisa y se desplomó en forma de aguacero, llevándose por delante las frágiles construcciones de adobe de muchas familias.
Ante tanta desolación, no está de más hacerle un guiño a lo positivo. No ha habido ninguna pérdida humana, lo cual no deja de ser una gran noticia. Sin duda, la solidaridad del pueblo saharaui protagonizará la ayuda a los que han perdido sus casas. En la badía, los pastos serán mejores este otoño.  Y el pueblo saharaui, fuerte y valiente, volverá a demostrar que no se rinde ante las adversidades.
Tampoco la lluvia borrará de los rostros de los más pequeños la sonrisa. Porque ellos saben ponerle al mal tiempo buena cara. Porque ellos, quizás sin saberlo, son los que nos enseñan a afrontar las dificultades.

2 respuestas a Tampoco la lluvia

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