Las lluvias de noviembre dañaron la biblioteca de Smara hasta tal punto que hay que levantar de nuevo todo el techo, reconstruirlo cambiando la vertiente de caída del agua, pintar las paredes, poner el suelo y cambiar la puerta. Conseguida la financiación para toda esta reforma, nuestros monitores se han puesto manos a la obra, con la ayuda de Hassanna y de cuatro voluntarios navarros que llegaron el pasado sábado y que enseguida se unieron al trabajo de traslado de libros. En dos días han vaciado la biblioteca, llevando los libros de forma ordenada, según las directrices sugeridas por Ana Julia y Ruth, al beit y a la sala de reuniones.
Las reformas que se van a llevar a cabo han sido supervisadas por el arquitecto Rogelio Martín, quien diseñó y dirigió la construcción del Nido de Smara junto con la arquitecta Clara Bailo. Hassanna y Squeirit, que también trabajaron en la obra inicial y que fueron los responsables de la construcción de la biblioteca de Bojador, serán los encargados de ejecutar las reformas. Inés ha coordinado el ajuste del presupuesto  y la puesta en marcha de las reformas.
Por razones obvias, las instalaciones de la biblioteca de Smara permanecerán cerradas al público durante el tiempo que duren las obras de restauración, evitando así posibles accidentes (que los niños, niños son y no entienden de peligros)
Sin embargo, esto no significa que deje de haber actividad. Brahim seguirá yendo a las escuelas cada mañana, mientras Kabara y Lafdal registran los últimos libros en la sala de reuniones. Por las tardes, como hacíamos al principio cuando el Nido aún no estaba construido, las actividades se desarrollarán en el bibliobús que, por cierto, está impecable.
Un paso más. Una mejora en las instalaciones que  revertirá en el bienestar de los usuarios.