MIENTRAS EL MUNDO AVANZA…

Los globos de colores vuelan ligeros, como los sueños de estos niños saharauis. Cada globo es un símbolo de esperanza, resistencia y alegría que desafía las adversidades impuestas por la Hamada, esa inmensa depresión salina que los rodea. Rojo, verde, negro o blanco: los colores se elevan como pequeños mundos llenos de promesas, portando en sus formas redondas el anhelo de jugar algún día en los patios de su verdadera tierra, libres y en paz, bajo la bandera de la RASD.

Cada intento de atrapar un globo traza un mapa de sueños truncados. Los niños y niñas del Bubesher llevan consigo historias que no han vivido, pero que los definen: la tierra perdida, el exilio forzado, la espera interminable. Sus manos, pequeñas pero firmes, sostienen no solo esos frágiles globos solidarios, sino también el peso de una identidad que lucha por no desvanecerse en el olvido.

Mientras el mundo sigue avanzando, ellos permanecen, suspendidos en un presente sin horizonte, esperando que alguien, en algún lugar, escuche el grito silencioso que se oculta tras sus sonrisas. De momento, cuentan con el refugio de la cultura bubesheriana, con la que sueñan crecer, convencidos de que la verdadera libertad nace del conocimiento.

B.Lehdad.

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