LOS CUENTOS DE LAS MIL Y UNA NOCHES… MÁS UNO

Saqué el libro de la biblioteca de Smara y fui leyendo, siguiendo el mismo ritmo nocturno en el que los contaba Shahrasad, todos los cuentos de las “Mil y una noches”. Sí, durante mucho tiempo he disfrutado de ese mágico libro en el que Shahrasad, para evitar ser ejecutada a la mañana siguiente por su esposo el sultán Shahrayar, tiene la astucia de contarle cada noche un cuento diferente. Atrapada por todas las historias que salen en el libro, pero más emocionada aún por la intriga de saber si Shahrasad conseguía salvar su vida una noche más, me he divertido, he pasado miedo, me he entristecido, me he enfadado, me he alegrado, en fin, todo lo que puede ocurrir cuando lees un libro extraordinario. Las historias de Aladino y la lámpara maravillosa, Alí Babá y los cuarenta ladrones, Los siete viajes de Simbad el Marino y tantas otras me han tenido en vilo noche tras noche, siempre con la inquietud de saber si al amanecer se cumplía la amenaza del sultán.

Así llegué al final del libro, a la última noche en la que el sultán decide perdonar la vida de Shahrasad. Me he sentido muy feliz por ello, pero siento que me falta un cuento, el cuento que a todos nos falta después de leer todos los libros del mundo. Un relato que también esté lleno de magia, de aventuras y personajes inolvidables. Será la historia de mi vida, la que tendré que ir escribiendo a la vez que la vivo, la imagino y la invento.

Marcelo Matas de Álvaro

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *