LA FACHADA DE LAS GALABAS, “ISLAS QUE EMERGEN DESDE EL OCÉANO DE LA NADA”

Permíteme, querido Liman Boisha, que tome prestado uno de tus generosos versos como titular.

Permíteme que comparta este viaje sin necesidad de tomar un avión, un barco, un coche o de arrancar un motor.

 

Me pregunta un viajero 
qué significa galb.
Digo yo, por ejemplo,
que Miyek es un lunar
en el vientre de la tierra.

Que Ziza, por ejemplo,
es pecho en lengua bereber,
y que el ala de una duna
puede tocar el mar del cielo.

Digo yo, por ejemplo,
que en los altos picos
de prismáticos amaneceres
-frotando su piel-
hay mucha vida dormida.

Que en la piedra pasajera
hay platillos estacionados,
islas que emergen
desde el océano de la nada.

Un galb puede ser, por ejemplo,
el nombre de una muchacha
esculpida
entre las pestañas de una cueva.

Como Tiris es el ombligo del
Sahara,
Galb es un corazón,
corazón de piedra.

 

El soporte es sólo el medio, facilita la transmisión: pinturas rupestres en las paredes, versos lanzados al viento y su vibración, celulosa que alberga un lenguaje provisto del mismo punto cardinal, el corazón. Salir del no-lugar es un menos por menos más.

Llevo días viajando descalza por tu tierra, intentaré cuidarla y caminar con sostenibilidad, no hincarle bandera, ni cubrir su arte con tinta en aerosol, “Aquí he estado yo”, eso no (https://hazloquedebas.blogspot.com/2008/01/indignada-rabiosa-y-triste.html). Y así acabé observando Leyuad desde distintos puntos de vista (POV, acrónimo del inglés “Point of View”; es como lo llaman ahora los más jóvenes, aunque supongo que para los cineastas no es algo nuevo).

La topografía es la ciencia que determina las características tridimensionales a través de la medición de la distancia, la dirección y la elevación. Así, la forma de la fachada de un galaba (galb) de Leyuad me llevó a otros mapas, los del corazón. ¡Cómo no! ¿O quizá me hayas inspirado tú a mirarlo de esa manera? ¿Quizá la frecuencia de nuestros latidos se ha unido al mismo son? L@s científic@s nos nutrimos de la misma fuente que l@s artist@s, si es que en su origen hay diferenciación, artesan@s somos tod@s y como pasa con cualquier recurso, éste ha ser devuelto al sistema para volver a la estabilización. Bien lo sabes: “Hij@s de las nubes”. ¡Cuánta arroba! Supongo que cada viaje corresponde a una actualización.

Tal vez nuestros cerebros estén conversando ahora mismo, encuentro en ellos el mismo patrón. Te escucho. Escuchamos. ¿A quién? ¿A qué? La conciencia de la comprensión. ¡Cuántas leyendas habitan en Leyuad! En este viaje hay silencio. También hay voz. Hay neuronas durmientes y otras haciendo sinapsis, unión. Hay ramificaciones nutridas por el terreno, las hay que tocan los astros. El cielo parece estar más cerca en la región. Él nos guía, nos hace recordar, nos invita a rebrotar, aunque no lo hayamos tocado con nuestras manos en este mundo terrenal.

“Islas que emergen desde el océano de la nada”. Tu línea rescata las palabras del profesor José Manuel García Verdugo, biólogo, y como tú, referente, custodiadas en un pequeño libro depositado en las bibliotecas Bubisher: “Un mar habita en cada persona. El mar contiene montañas, ellas le dan el color y su maresía.”

Y ahora, os pregunto a vosotr@s, l@s que leéis: ¿Qué formas veis aquí? ¿Compartimos renglón de un solo trazo, con un solo lazo?

María Pedraza

Imágenes prestadas de:

  1. https://www.google.com/maps/place/Leyuad/@22.443376,-13.9299651,15.08z/data=!4m6!3m5!1s0xc27bf78b3d5de89:0x32a539841875e01!8m2!3d22.4408333!4d-13.9205556!16s%2Fg%2F11cn3k5nzl!5m1!1e4?entry=ttu&g_ep=EgoyMDI1MDczMC4wIKXMDSoASAFQAw%3D%3D
  2. https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/circep.112.975813
  3. 10.1016/j.neulet.2015.12.054
  4. https://imagej.net/plugins/snt/

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