El logo de un proyecto es su huella digital, su tarjeta de presentación y su sello de calidad. El nuestro, nuestro bubisher en vuelo, fue creado por Jesús Gabán, un magnífico ilustrador que supo interpretar la esencia del proyecto.

Y es que Jesús, como otros muchos y fantásticos ilustradores, tiene una forma especial de mirar y de recrear en imágenes lo que ve, que va mucho más allá de lo obvio.

El mundo de la ilustración es un mundo de artistas, no cabe duda. Cuando un texto llega a su mesa de trabajo, lo desmenuzan hasta encontrar la forma de plasmar eso que el escritor transmite entre líneas.  Y a partir de ese momento, la técnica, la imaginación y el estilo personal de cada ilustrador van generando un todo armónico en el que las palabras y las imágenes se complementan. Como si se tratara de una pareja perfecta, cada parte mantiene su propia identidad y juntas adquieren una fuerza tan poderosa que, cuando llegan al lector, ya no es posible imaginar la una sin la otra.

Los niños de los campamentos, lectores insaciables de álbumes ilustrados, saben reconocer muy bien esta inquebrantable unión. Porque en las sesiones de animación a la lectura se trabaja con ella, porque gracias a las palabras y a las imágenes se abre la puerta de la imaginación y se llega, a través de ella, a otras palabras y a otras imágenes.

Son muchos y muy buenos los ilustradores que, quizás sin saberlo, han puesto su trabajo a disposición de una población infantil muy especial. Como es imposible nombrar a todos y a cada uno de ellos, valga esta nota para valorar como se merece su trabajo, su profesionalidad y su poderosa mente creativa.