Un día, hace muy poco, Brahim se dio cuenta de que no podía seguir diciendo que el Bubisher era un buen proyecto, y no hacer nada para que lo siguiera siendo. Lo hizo en Bojador, en persona, al estilo de las Brigadas, pintando y ayudando en lo que pudo para que el Nido quedara precioso. Y de muchas formas más. Pero ahora está en España, y ayudar de esa manera, desde tan lejos, era imposible. O tal vez fue la noticia de que el nuevo presidente del Bubisher es Limam Boisha, un saharaui, un poeta. O quizás fue saber que para que también haya bibliobús y Nido en Dajla, su “pueblo” natal, hay que arrimar el hombro. Brahim suele decir que su camino por la vida quedó marcado por los buenos maestros que tuvo en su madrasa de Dajla. Y que, por tanto, tal vez un niño estaba esperando a que apareciera el Bubi por Dajla para iniciar un camino semejante al suyo. Pero seguro que Brahim también ha querido marcar un camino: hacerse socio, y colaborar de esa manera en el mantenimiento del Bubisher y en su crecimiento. En fin, ahora Brahim es un socio más del Bubisher, y a todos nos gustaría que los cientos, miles de saharauis que comparten con todos nosotros la idea de que sin cultura no hay libertad, se unieran a este esfuerzo. Por soñar, tal vez un día haya tantos socios saharauis como españoles. Y si estás de acuerdo, y también tienes en tu memoria a aquella maestra que llevó tus ojos a través del papel para entrar en los sueños (de libertad, de belleza, de aventura), si crees que un libro puede cambiar una vida, si has descubierto con él ese 0 en tu libreta del compromiso, únete a Brahim, a Limam, a todos nosotros. Hazte socio tú también.