
Ellas ahora con helados de papel en un entorno difícil de ofrecerles helados de verdad tendrán que elegir pronto un futuro. Los helados son raros en Los Campamentos, pero no imposibles; ellas los han simulado y se han colocado para la foto en el espacio donde alguien ha hecho que crezcan plantas, grato experimento que debería despertarles curiosidad y que si así sucede, la podrán aumentar consultando los libros de ciencia también que están allí mismo, en la sala contigua al lugar de la foto. Las redes sociales a las que pronto accederán o si tienen suerte las Vacaciones en Paz se encargarán de hacer que los helados sean reales o casi reales. ¡Es tan importante despertar la curiosidad y la experimentación en edades tempranas! Ojalá que ellas pudieran a corto plazo elegir su formación, la que ellas quieran, pero teniendo también la opción de acceder a titulaciones de STEM, las relacionadas con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Hoy se celebra El Día Internacional De La Mujer y la Niña en La Ciencia. Quiero recordar el esfuerzo que hacen las mujeres saharauis por transmitir a las jóvenes la necesidad de formarse, ser mujeres competentes y no quedarse relegadas únicamente a los cuidados familiares, gran esfuerzo en un contexto de futuro impredecible que les ofrece limitadas opciones formativas y laborales.

En nuestro último día en la biblioteca de Smara apareció de repente un grupo de unas 35 mujeres jóvenes en edad de elegir estudios, acompañadas por la tutora del proyecto. Venían a participar en una de las sesiones del taller que iba a tener lugar en la misma biblioteca, con el objetivo de escuchar in situ cómo es el trabajo de una bibliotecaria y en aquel caso de conocer también su formación adicional, trabajos y vivencias como artista. El taller consistía en visitar diferentes lugares de trabajo en Los Campamentos para recibir esa información directa, conocer referentes laborales femeninos y motivarse para poder elegir ellas también su formación … “libremente”… sería nuestra coletilla aquí, claro, porque allá no. Allá llegar a la juventud es recibir un golpe bajo, mirar al futuro laboral y no ver la luz del túnel, y si eres mujer, el golpe podría ser doble.
Nos pidieron que habláramos con ellas, que explicáramos nuestra experiencia laboral personal. Hablamos de lo difícil que lo tuvieron también nuestras abuelas aquí, y recibieron también el mensaje de una científica explicándoles sobre la importancia de que siempre, siempre, siempre, creyeran en ellas mismas y que supieran elegir por ellas mismas. Todo muy bonito, comentamos, pero comentamos también que aquellos momentos de interacción nos hacían percibir también la distancia entre ellas mujeres y nosotras mujeres, porque el contexto nos hace poner los pies sobre la arena, porque aunque queramos creer que cooperamos de igual a igual, no es verdad, porque mientras en Los Campamentos se siga dependiendo de la ayuda humanitaria y existan añadidas dificultades para poder salir de allá, ellas sobre todo ellas van a tener un camino muy difícil, bastante más difícil que el que tuvieron aquí nuestras abuelas europeas.
Si hoy aquí, todavía existe desigualdad en la investigación científica, si todavía no tenemos suficientes referentes contemporáneos de mujeres disfrutando y aportando en la ciencia, si las niñas siguen optando principalmente por carreras relacionadas con los cuidados, si las científicas cobran menos y se ven obligadas a desenvolverse en proyectos de investigación que partieron de propuestas hechas por hombres, si no se pone freno a tiempo a una IA que se puede nutrir de contenidos con sesgos sexistas, machistas o xenófobos… más difícil todavía va a ser la formación científica para las jóvenes en Los Campamentos, y por su puesto de cero oportunidades para las mujeres activistas saharauis en los Territorios Ocupados.
Pero para esas seis niñas de la foto y las 35 jóvenes de Smara no tiene por qué ser imposible. Hay mujeres saharauis en proyectos de investigación contra el cáncer en Rabuni, hay mujeres saharauis trabajando en el ámbito de las ciencias allá y en la diáspora, … ¡Ojalá las bibliotecas del Bubisher se convirtieran también en referente para libros de ciencia!
Y enhorabuena también en este día a las bibliotecarias del Bubisher por acoger y emplear su tiempo en transmitir su experiencia formativa y laboral a grupos de mujeres jóvenes y por convertirse así en referente de mujeres trabajadoras independientes, en el ámbito de la ciencia o en cualquier otro ámbito laboral.
¡Va bién ese Bubisher!
Koro Azkona






