En un aula donde varias personas recibíamos lecciones de árabe clásico, la profesora mostró diferentes diapositivas con mapas de estados árabes para ilustrarnos sobre los límites geográficos de uso de los diferentes dialectos del árabe hablado, contenido supuestamente extraído de alguna unidad didáctica oficial de aprendizaje del árabe. En la lista de dialectos, no figuraba el hassania, pero sí figuraba en una de las diapositivas la delimitación territorial del uso del magrebí o dariya. Era el típico mapa de Marruecos donde el territorio del Sahara Occidental es asimilado ilustrativamente para no existir como nación. Una compañera y yo pudimos interrumpir para explicar escuetamente por qué aquel mapa era incorrecto, intencionalmente político, y además ilegal, a lo que la profesora restó importancia. “Claro, debéis pertenecer vosotras a alguna asociación solidaria”, dijo, sobre nuestra argumentación. Para lo que necesitábamos saber sobre el árabe le debió parecer innecesaria la interrupción.
Más importancia y relevancia, tuvo la honesta actuación del profesor de Derecho Internacional en la UPV, Juan Soroeta, presidente de la Asociación Internacional para la Observación de los DDHH, cuando se dio de baja de la revista National Geographic después de haber solicitado varias veces la corrección de un mapa en el reportaje La agonía de los oasis de Marruecos, que etiquetaba a la excolonia española como parte de Marruecos. Su acción originó una oleada de quejas solidarias que obligaron a pedir disculpas a la revista, obligándoles a justificar su intención de no corregir la cartografía que ilustraba el artículo, porque consideraban era más importante la calidad cartográfica que todo aquello que llevó a tantos lectores y lectoras a considerar que se estaba realizando un blanqueo político en contra del Pueblo Saharaui y a favor de la ocupación marroquí. Fue capaz de utilizar argumentos que por falsos y no ajustados a la ley volvieron a levantar más polémica todavía.
La referencia al Sáhara Occidental como parte de Marruecos y los mapas que utiliza Marruecos en los territorios ocupados, mapas que circulan por redes, revistas, y foros interesados, constituyen un apoyo político a la marroquinización del Sahara Occidental. Presentar el territorio saharaui como una parte de Marruecos está contribuyendo a una percepción falsa de su soberanía. ¡No nos acostumbremos! Cuando se utiliza una cartografía políticamente interesada es necesario contrarrestar con argumentos.
Los mapas, han sido utilizados como armas del imperialismo. La cartografía ha funcionado como herramienta de gestión de los recursos naturales y como poderoso instrumento político en la lucha y reivindicación de los derechos de los pueblos colonizados.
En el estado de Acre, en la Amazonia (siglo XX) la Comisión Pro-Indígena puso en marcha un proyecto “Cartografía Indígena. Descolonizando mente y espacio” para formar a profesores y agroforestales indígenas, basado en la reversión a su favor de un conocimiento que los colonos supieron extraer de los propios indígenas para posteriormente poder expoliar sus territorios. Ahora a través de este proyecto la población indígena se apropia de esa herramienta colonial para revertirla a su favor, y así proteger y reforzar el control sobre su propio territorio. https://americat.barcelona/es/nueva-exposicion-cartografia-indigena–descolonizando-mente-y-espacio
Cierto es aquello de ¡falsea la realidad que algo queda! El origen del conflicto del Sahara por desgracia sigue siendo desconocido para una gran parte de la población que nos rodea. Da igual que aforo sea, un reducido grupo en un aula o una revista de prestigio internacional, se hace necesario siempre rebatir, no conformarse, y dar explicaciones bien informadas. En nuestras manos, en las de las asociaciones que denunciamos las vulneraciones de derechos queda no bajar la guardia, no callar y actuar.
Circula por las redes: “Los virus aprovechan las bajas defensas para propagarse. El colonialismo, el pensamiento único, la asimilación cultural aprovecha la baja cultura para lo mismo”. Nada es inocente, las personas que difunden mentiras podrían serlo, pero por ignorancia.
Por eso, más que nunca, es tan importante llevar a término y mantener proyectos culturales cómo lo ha hecho ya el Bubisher gracias a todo el equipo saharaui que lo sostiene en los campamentos y a particulares y asociaciones que lo apoyamos desde nuestro privilegio de haber nacido en este lado.
Koro Azkona