El cuscús es lo que parece, una comida sencilla. Que, incluso, Mercadona lo venda ya cocinado, listo para calentar y comer, puede ser una prueba de que el cuscús es alimento al alcance de todos…los que puedan ir a comprarlo a Mercadona. Pero el cuscús, aunque no lo parezca, puede ser también una comida de celebración, cuando se elabora en las cocinas de los campamentos de refugiados saharauis, en festividades señaladas. Y es también plato, con el que agasajar a los invitados en las jaimas. Con verduras, con pollo, con carnes de cabra o de camello, el cuscús es la expresión material de la hospitalidad y generosidad, que anidan en los corazones saharauis, allí donde estén, especialmente, si están en el refugio, donde las cocinas adolecen de privación, de precariedad.
El cuscús, además de comida sencilla, sin perjuicio de que sea de celebración, según con quiénes y en qué mesas se comparta, ha devenido también en comida para la solidaridad. El pasado domingo, día 18, “Alouda Cantabria. Por un Sahara libre”, convocó a una comida, la primera después de la suspensión por causa de la pandemia, en la que el plato único fue del cuscús, en esta ocasión. con pollo. Tuvo lugar, como en tantas otras veces, en las dependencias de la parroquia San Joaquín, en Campogiro (Santander). Y, como siempre fue cocinado por integrantes de ALOUDA Cantabria. En un amplio espacio, dispuestas cuatro hileras de mesas corridas, nos reunimos más de cien comensales, fundamentalmente vecinos del barrio. Se diría que hubieran estado esperando que se reanudaran estos encuentros entrañables, impulsados por una causa justa.
No estaban sentados a las mesas, ni trajinando en la cocina, pero los verdaderos convocantes, desde sus jaimas en los campamentos de refugiados, al convite fueron las niñas y niños, que dentro de unos días saldrán de la dureza climática de la hammada, para viajar a Santander y disfrutar de una Vacaciones en Paz, acogidos por familias cántabras, que han respondido a la llamada de Alouda Cantabria. Y, también sin saberlo, nos convocaron las niñas y niños que entretienen su tiempo libre, cultivando su espíritu, es decir, adquiriendo cultura liberadora, mediante, la lectura, la escritura, el dibujo…en la biblioteca Bubisher de su campamento, a las que Alouda Cantabria presta una especial atención sostenida en el tiempo.
A que esas niñas y niños puedan vivir las más beneficiosas vacaciones posibles, y a que no les falte el incentivo gozoso de un libro en las manos, se dedicó el cuscús del día 18 de junio, que, sin menoscabo de su austeridad, resultó ser un banquete. Por solidario.
Fernando