BALLOBAR Y LOS ORÍGENES DEL BUBISHER

Que “nacimos” en el San Narciso de Marín es ya historia. Que después hay una cadena de miles de manos y manos formando una cadena que llega hasta hoy, es una evidencia. Sin esa cadena el proyecto se habría secado y habría quedado en una cuneta del camino de los proyectos hermosos. Pero pocas veces se ha dicho que fue la escuela de Ballobar, en Huesca, la que nos dio energía e ilusión para arrancar. Carmen, Merche, Paco, Carlos, Rosa, Alegría, Euge, y tantas y tantas madres que nos dijeron que el sueño era hermoso y que nos ayudarían a hacerlo realidad. Ahora, 17 años después, el Bubi ha vuelto para dar las gracias a un pueblo que late al son del corazón de los libros, enseñando juntas, leyendo juntas, creciendo juntos. El colegio cumple 30 años, y ha elegido el Bubisher para enseñar solidaridad a sus alumnos, a todos los habitantes del pueblo. Hay una jaima en la biblioteca del colegio, un refugio en el que leer y enamorarse, que inauguraron Ricardo y Gonzalo. Y Gonzalo volvió esta semana a través de la pantalla (los años no perdonan a nadie) para compartir gozosamente con todos ellos su proyecto: un mercadillo navideño dedicado a que se mantenga en el tiempo aquello que sus hermanos mayores hicieron posible tantos años atrás. El dinero obtenido es mucho, pero nada al lado de la ilusión con la que todos, madres y alumnos, director y maestros, levantaron en la plaza del pueblo, al lado del río Alcanadre, el mercadillo. Que ha sido una fiesta, un gozo, un motivo más para seguir siendo un pueblo lector que apoya a cinco campamentos también lectores. Esta semana, entre Ballobar y Smara no había 2.450 kilómetros, no había ninguno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *