AMAR versus QUERER

 

El querer, como el arte y la ciencia, parece tener sus modas, sus movimientos. Querer es temporal, amar no entiende de agujas del tiempo, idiomas, fronteras, especies, géneros, clases, o gobiernos.

¿Cuándo apareció el primer ídolo en la evolución? ¿Cuándo surgió el primer fan? ¿No es hora ya de cambiar? No sé si “allá” está de moda (se me olvidó preguntar), “acá” por fin cayó San Valentín, antes de tiempo, con sus historias de romanos. Cayó el querer romántico, el de los mártires, el de los santos. Cayó el querer de los imperios, el de los estadios. Cayó la idolatría y su distorsión. Todo esto no era amor.

Hoy cierras los ojos.Cae el telón. Esto no era una función. Tus párpados actúan de pasa-rojos (https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/0006322395001093), como el útero actúa de pasa-bajos. Tienes el poder de seleccionar frecuencias. Dirán que no vemos, dirán que no miramos. Lo hacemos, lo hacemos todo, en este momento. Haz. Luz. Nosotras no queremos aplausos populistas. El aplauso es adictivo, como el azúcar, como el alcohol, como el tabaco, como la droga, como el consumismo de ropa, de pantallas, de experiencias o de información, como el trabajo o el gimnasio sin parangón. Hasta el del personaje de salvador. Sabemos que estamos. Porque estamos.

Alcemos el vuelo de varias bandadas con un empujón en este 11 de febrero. Hablemos de ciencia, hablemos de amor. Si hay un día para hablar de ello, por algo es, ¿no? Hablemos de la materia oscura que todo lo conecta y resultó ser roja por definición. O no. Hablemos de las células de la glia (glue, pegamento) del sistema nervioso, su linaje, su heterogeneidad .. ¿Acaso no viene todo del mismo lugar? ¿Acaso no están? Fuca, Luca (https://www.preprints.org/manuscript/201806.0035/v2), Lucy… “Cosas de chicas”, dirán, o no. “Cosas de ciencia”, añadirán, o no. “Cosas de allá” o “cosas de acá”. Que aderecen estas partículas en cualquier onda, a nosotras nos da igual. “El fuego no tiene sombra”

El fuego es un generador de fotones, no es un objeto opaco que promueve la ausencia de estos -comúnmente denominada sombra-), contestamos, “proyecta lo que quieras: es igual, ¿crees no estar habitando el mismo lugar?”. Es igual. Es igual. Es igual.

Ahora entiendes. Y yo. No (te) quiero. No te quiero en ningún lugar concreto, no te quiero con alguien concreto, no te quiero en un tiempo concreto. Te amo sin pertenencia. Te amo con los ojos cerrados. Un amor sin amo. Amar. ¿Es eso la libertad? Muchas canciones galopan sobre caballos libres y si se cantan (se cuentan), ¿son libres de verdad?

Sigue parpadeando. Buceamos hacia el centro de nuestro cerebro, en una vía transversal. Nos colamos por la neocorteza cerebral, alcanzando una corteza más primitiva, el hipocampo, llamado así por su forma de caballito de mar. Arquicorteza, puestos a nombrar por relatividad o por multi-realidad ( Imagen tomada del estudio https://www.uclahealth.org/news/article/virtual-reality-boosts-brain-rhythms-crucial-for-neuroplasticity-learning-and-memory) en la que se muestra el hipocampo, tratando el aprendizaje y su función en la “realidad”, enlazado al surrealismo de Dalí: 

 

 

 

La Persistencia de la Memoria; parpadeo y frasco de aroma incluido). Ahí residen los recuerdos. Llámalo como quieras, es igual. Es igual. Es igual. “Cabalguemos”, le decimos a Julio Verne en su “Viaje al centro de la Tierra”. “El fuego no tiene sombra”, repetimos. Núcleo. Fuego y metal. Recuerdo. (A)prendo. Evoco. Ahora imagina tras el telón. Imagina en rojo, tranquila, no se va a velar . (Imagen del proceso de revelado analógico de una foto tomada hace pocos meses, por una humana en Valencia que escribe desde el privilegio, de niñas del pueblo saharaui).

Respira, deléitate el tiempo que quieras, elige, selecciona. No hay urgencia. Imagina. Une capas y cortezas. La de fuera, la antigua y la más interna. “¿A qué huele?”, pregunta a tu paleocorteza. Aunque la “nueva” crea no saberlo, estás creando ya (con)ciencia. ¿Cómo estás? ¿Cómo te encuentras? Cierro mis ojos y frente a mí veo todo el guión, lo que se reveló ayer, lo que se sigue revelando (https://spsrasd.info/es/2024/10/31/6060.html), lo que no queremos repetir hoy. Des(a)prendo. Dirijo desde el rojo, el rojo corazón. Deshago el nudo en el estómago, ¿sabías que tienen neuronas también? No, no queremos amor romántico, el del individualismo y la evasión. Abramos los ojos (https://noteolvidesdelsaharaoccidental.org/bubisher-a-nuestros-socios-y-a-todos-los-amigos-del-pueblo-saharaui-sahara-occidental-49-miradas-y-una-esperanza/). Soy. Somos. No necesito sentirte, no necesito tocarte, no necesito (a)notarte, no necesito cantarte o escuchar tus melodías para saber que estás. Intenta beber agua a la misma temperatura que tu cuerpo. Intenta sentir el tacto de tus órganos. ¿Verdad que no lo notas? Cuestión de relatividad. Estás. No necesito (de)mostrarte. Dime qué nos diferencia, si yo te veo igual, ¿qué nos queda, pues, más que amar? Amar, caminar nuestros propios pasos, una forma más de escribir nuestra vía a la libertad. Amar, inventar un “octingo” para no echarte de menos los domingos (ah, no, no es necesario, si “allá” los domingos son un día más). Cuestión de relatividad. Amar, la Luna (el Luna en hassanía) y sus giros nos afecta a todas y todos igual. Total que querer es un invento, y amar… ya. Ay, amar: no darte por hecha, como a la molécula de agua que nos hidrata o a la unión de las dos O que respiramos. No darte por sentada en la Tierra que te sustenta y nutre, con su gravedad. ¡Baila!

Amar: no olvidar. Amar: respetar. Amar: cuidar.

María Pedraza Boti

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