Mi paso por el Bubisher

Quiero agradecer a todo el equipo del Bubisher por haberme dejado ser parte de ellos. Ha sido una corta pero intensa colaboración, sobre todo en lo que a experiencia gratificante se refiere.
Mi colaboración se centró en la biblioteca de Auserd, donde cientos de libros y cuentos desean ser leídos…
Es curioso cómo en casi dos años que lleva allí instalado el Bubisher, la aceptación del público, tanto mayores como niños, es excelente. Alghailani, el coordinador y conductor del bibliobus, con su profesionalidad y saber hacer, ha conseguido crear el hábito de que todo el que recoge un libro se comprometa a cuidarlo y entregarlo dentro del tiempo límite.  Las actividades con los niños y niñas son muy creativas, haciéndose incluso divertidas y adaptándose al tipo de lectura y la edad de los participantes.

Pude leer algún cuento, frente a los ojos abiertos como platos de caritas infantiles que me observaban y atentamente escuchaban. Nunca me sentí tan examinada, y es que el trabajo que realizan los bubisheros es de suma importancia, si consigues llamar la atención de un niño, éste siempre volverá. Y vuelven, os lo aseguro

Durante mi estancia en Smara pude conocer a Larossi en su camión, repleto de libros y de niños, los cuáles llenos de orgullo nos enseñaban sus dibujos. Otro día, de visita por Bojador nos cruzamos con el Bubisherito, recién estrenado y radiante. El saludo fue corto, pues el horario hay que cumplirlo.
El Bubisher, a día de hoy se ha convertido en un proyecto imprescindible en los campamentos de refugiados saharauis y sigue creciendo. Os recomiendo que si podéis, colaboréis con ellos , ya sea haciéndoos socios, aportando material o como voluntarios. El proyecto lo vale.

Cristina Molera