UN CAOS CREATIVO

Este momento, íntimo y entusiasta, está lleno de creatividad. El grupo de niñas y niños está completamente absorto en su tarea. En sus rostros se percibe seriedad, alegría y un deseo palpable de alcanzar la excelencia artística.

Pero en el corazón de esta efervescencia late la mesa, un mueble que es mucho más que una superficie, escenario de esta explosión creativa, tiene su propia historia. Antes de describir su estado actual, hagamos un breve viaje.

Esta mesa de madera (o quizá fue otra, la memoria es esquiva, pero la historia es la misma y lo es de muchos muebles y libros de esta biblioteca), iba a ser desguazada por la biblioteca de Mejorada del Campo. Fue rescatada por voluntarios del Bubisher, cargada en un camión y formó parte de una caravana desde Madrid hasta Alicante. De allí, un barco la llevó hasta Orán, y desde Orán recorrió mil ciento cincuenta y cuatro kilómetros hasta el mujaiam.

Y ahí está ahora: el centro inamovible de la actividad. Su superficie es un campo de batalla bellamente desordenado, una mezcla exuberante de lápices de colores, pinceles, frascos y botellas. Estallan los amarillos, rojos, azules y verdes profundos. Los pinceles y los lápices se comportan como soldados: algunos en el fragor del combate, otros descansando, esperando ser llamados para alimentar la lucha. Es una hermosa contienda de manos, dedos, sombras, lápices de colores y tijeras, con una botella de agua tumbada como testigo de la sed creadora.

¿Y qué intenta crear esta explosión artística? La mayoría parece dibujar cabezas, planetas o formas circulares; tal vez un agujero negro visto desde el espacio… En este ejercicio no hay jerarquías: todos son iguales. Lo más enternecedor es que la bibliotecaria o la persona a cargo, está al mismo nivel que los niños, compartiendo el mismo espacio y el mismo dibujo. Mimetizada en su posición de concentración, parece que por un momento ha olvidado su rol de adulta y ha vuelto a ser la niña de antaño.

En esencia, la mesa no es solo un mueble, es un trocito de la historia del Bubisher. Es el escenario unificador que transforma a un grupo en una comunidad de artistas. Un hogar donde se disfruta este caos creativo, que es la verdadera seña de identidad del proyecto.

Liman Boisha

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