

Allá donde el cántaro asoma,
el desierto florece.
Rueda el caracol,
muda su canto a horizonte.
Cuando el cántaro asoma,
ya no lo es, sino caracola.
Donde el fractal es de piedra,
donde la brisa mece,
el agua recuerda lo que el torno moldea:
entre palmas nace la fuente.
Alineamos la mirada con los radios del vaivén.
Damos cuerda al reloj de arena.
Ya no hay sutura, sino cicatriz.
Ya no hay herida, son nuestras huellas.
Llegamos al cruce, sonrojadas,
mullidas por suculentas.
¡Alza el cántaro, levanta la frente!
Yergue tus ramas y no temas.
Allá donde el cántaro asoma,
no existen linderas.






*Secuencias y personas que emanan de estas líneas:
1. El abrazo cómplice de estas mujeres, convertido en silueta de un lindo monte, frente a algunos de los libros Bubisher que podemos adquirir en la página web o físicamente en la próxima asamblea. ¡Ya casi está ahí!
2. ”El mar”, dibujo de una pequeña artista saharaui durante sus Vacaciones en paz.
3. Algunas instantáneas del desierto del Sáhara, en las proximidades de las wilayas.
Todas (las firmantes que quieran y decidan serlo).






 
 Sahara Bubisher
Sahara Bubisher