REÍR Y AMAR

-Yo me voy para la jaima, ¿y tú?

-Yo a la biblioteca, a estudiar.

-Estudiar… Eso no sirve para nada.

-Ya estamos.

-Es verdad, Fatu; ya ves, mi madre está muy arrepentida de haber dejado estudiar a mi hermana. Cinco años en Argelia, y cuando volvió, se le pasó el arroz.

-Pero se sacó el título.

-¿Y qué? ¿Se casó con el título? ¿Ganó dinero con el título?

-Se hizo más sabia.

-Deja que me ría.

-Me gusta que te rías.

-Me río de ti.

-Genial. Reír es necesario.

-Necesario.

-Como el amor. Reír y amar son las mejores vacunas contra la soledad. No se ama en soledad, y tampoco se ríe en soledad. ¿Sabes que hay muchos animales que también ríen?

-¿En serio?

-Ya lo creo. Y tampoco se ríen si están solos.

-¿De dónde sacas esas cosas que dices?

-De la biblioteca.

-Pero en la biblioteca estás sola…

-Te equivocas. Estoy con miles de personas.

-¡Venga!

-En cada libro hay no una, sino muchas personas que te hablan. Además, está la bibliotecaria, están los niños, están otras chicas. No solo hay libros, también hay mucha risa. Y algún chico leyendo, eh.

-Oye, te acompaño un rato.

-Ualahi. Y luego vamos a tu jaima y escuchamos música.

-No me reía de ti.

-Ya lo sé, boba.

 

Gonzalo Moure

 

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