Sobre la arena, agolpados en la alfombra, están los niños. A su alrededor, las chanclas, el desierto pedregoso, la nada. Dentro, en el rojo de la alfombra, todo. Los sueños, los libros, las historias leídas o contadas. Una niña recorta un papel, un chico arquea la espalda sentado sobre los pies descalzos, otra se muerde los labios y mira concentrada las páginas del libro que Tumi o Lala o Jalifa lee. Ellas son las conductoras de la alfombra mágica. También de las bibliotecas del Bubisher. Y mientras los niños y niñas la escuchan en mitad del desierto, la alfombra levanta una esquina, gira, sube y, al fin, vuela. Desde lo alto, descifran otras vidas posibles, su tierra ocupada, el mar que les espera. Y hay también en el aire que les entrecierra los ojos fábulas, barcos, bosques. Un regalo diferente. Nosotros los vemos en la fotografía un instante antes de echar a volar. Los vemos en el móvil o en la pantalla de nuestro ordenador donde se reflejan las parpadeantes luces navideñas, los pinos adornados de falsa nieve, las ventanas llenas de vaho. Ella les lee Un regalo diferente sobre la alfombra. Y eso también es lo que podemos hacer nosotros estas Navidades: un regalo diferente. Un regalo para nosotros o nuestros seres queridos. Un regalo comprometido, transformador, mágico. Un regalo que hace que la alfombra suba y vuele para llevar a los niños y niñas saharauis más allá de su encierro de refugiados.

http://www.bubisher.org/wp-content/uploads/2018/09/hazte_socio-1.pdf