

Y es que sí, los jardines del Bubisher, como el de la foto en Ausserd, son la mejor metáfora de este maravilloso proyecto. Crecen, dan sombra y frescor, apuntan hacia el cielo. Florece, florece la cultura en los patios frescos de las bibliotecas, y a su sombra es mucho más placentero leer, aprender, explorar.
Todos los socios del proyecto, y todos los que discretamente hacen sus donativos, cada uno de los compradores de los libros editados por Bubisher, son como hojas y pétalos de este precioso jardín de cultura.
